Espacio, Límite, Paisaje + Arquitaxi = Reflexiones Urbanas
Curiosa conjunción de términos, o no tanto, pues, al fin y al cabo, están relacionados unos con otros. Porque ¿qué es un paisaje sino un espacio con un límite? Cuando discurrimos por el entorno urbano, por el espacio urbano ¿no estamos recorriendo acaso un paisaje compuesto por una sucesión de límites? En éste caso límites físicos, tangibles, como lo pueden ser las propias edificaciones, vallado, mobiliario y demás accesorios varios. Sin embargo éstos límites también pueden ser intangibles, como el uso, o el no uso, que de los espacios urbanos se hace, más aún desde la aplicación de La Ordenanza para la Convivencia. Como bien hemos podido constatar desde la experiencia Arquitaxi, éstos límites se pueden mover a placer con pequeñas intervenciones, o más que intervenciones: con pequeñas aplicaciones de energía mínima. Un hecho tan sencillo como entrelazar una cuerda entre unos árboles altera físicamente no sólo los límites del espacio, sino la manera de usarlo y percibirlo, y un grupo de gente jugando a atravesar éste límite lo hace desaparecer creando un nuevo paisaje: el de los ciudadanos utilizando su espacio público; algo verdaderamente excepcional y difícil de ver hoy día.